Más Allá de la Lista de Tareas: El Método 'Ivy Lee' para Priorizar con Éxito
En un mundo obsesionado con la última app de productividad y los sistemas de organización más complejos, a veces las soluciones más efectivas son las más simples. Hoy vamos a desempolvar una joya de más de 100 años de antigüedad: el método Ivy Lee. Una técnica tan sencilla que parece casi ridícula, pero cuya eficacia ha resistido el paso del tiempo.
La historia cuenta que Charles M. Schwab, un magnate del acero, contrató a un consultor de productividad llamado Ivy Lee en 1918. Schwab le pidió que le mostrara una forma de hacer más cosas. Lee le dijo que le diera 15 minutos con cada uno de sus ejecutivos y que, si funcionaba, le pagara lo que considerara justo. Tres meses después, Lee recibió un cheque por 25.000 dólares (el equivalente a más de 400.000 dólares hoy).
¿El secreto que valía tanto dinero? Un método de cinco pasos que puedes aplicar cada día antes de irte a casa.
Cómo Aplicar el Método Ivy Lee: 5 Pasos para Priorizar
La belleza de esta técnica reside en su simplicidad. No necesitas software, ni libretas especiales. Solo un trozo de papel y un bolígrafo.
- Paso 1: Anota seis tareas. Al final de cada jornada laboral, escribe las seis cosas más importantes que necesitas hacer al día siguiente. Solo seis, no más.
- Paso 2: Prioriza la lista. Reordena esas seis tareas en orden de verdadera importancia. ¿Qué es lo más crucial para avanzar hacia tus objetivos?
- Paso 3: Enfócate en la primera tarea. Cuando llegues a trabajar al día siguiente, olvídate de todo lo demás. Coge tu lista y empieza a trabajar únicamente en la tarea número uno.
- Paso 4: Trabaja hasta completarla. No pases a la siguiente tarea hasta que la primera esté terminada. Las interrupciones ocurrirán, pero tu foco principal debe ser volver a esa tarea hasta que esté hecha.
- Paso 5: Repite. Una vez terminada la primera, pasa a la segunda, y así sucesivamente. Al final del día, cualquier tarea que no hayas completado, pásala a tu nueva lista de seis para el día siguiente.
¿Por Qué Funciona Tan Bien?
Este método combate varios de los grandes enemigos de la productividad de una sola vez:
- Reduce la fatiga por decisión: Decidir qué hacer a continuación consume energía mental. Al planificar el día anterior, liberas esa energía para el trabajo real.
- Fomenta el enfoque único: La multitarea es un mito. Al concentrarte en una sola cosa, trabajas de forma más profunda y eficiente.
- Obliga a priorizar: El límite de seis tareas te fuerza a ser realista y a distinguir lo urgente de lo verdaderamente importante. No puedes hacerlo todo, así que mejor haz lo correcto.
- Crea un hábito simple: La simplicidad del método hace que sea fácil de adoptar y mantener a largo plazo. No hay una curva de aprendizaje complicada.
Preguntas Frecuentes sobre el Método Ivy Lee
Aquí respondemos algunas dudas comunes para que puedas empezar hoy mismo.
- ¿Qué pasa si no termino las seis tareas en un día?
No pasa nada. Simplemente, las tareas incompletas se trasladan a la lista del día siguiente. La clave no es terminarlo todo, sino asegurarse de que siempre estás trabajando en lo más importante. - ¿Puedo usar una aplicación en lugar de papel y bolígrafo?
Por supuesto. Aunque la simplicidad del método analógico es parte de su encanto, puedes usar cualquier aplicación de notas o tareas. Lo importante es mantener el límite de seis y el orden de prioridad. - ¿Es este método adecuado para todo tipo de trabajos?
Funciona especialmente bien para roles donde tienes control sobre tu carga de trabajo. Puede ser más difícil de aplicar en trabajos muy reactivos (por ejemplo, atención al cliente), pero incluso en esos casos, puede usarse para gestionar tareas no urgentes.
Un Consejo para el Mundo Moderno
En 1918 no existían las notificaciones de Slack, los correos electrónicos incesantes o las reuniones de Zoom. Para adaptar el método Ivy Lee a la actualidad, puedes considerar una "tarea cero": dedicar los primeros 15-30 minutos del día a gestionar las comunicaciones urgentes. Una vez hecho eso, tu tiempo es para la tarea número uno de tu lista.
La próxima vez que te sientas abrumado por una lista de tareas interminable, prueba este método. Y si quieres explorar otras formas de organizar tu tiempo, puedes leer sobre la Técnica Pomodoro. Puede que la solución a tu sobrecarga de trabajo no esté en una nueva tecnología, sino en un consejo centenario que cabe en una servilleta.